Fuerza natural está basado en el concepto Terroir.

Terroir es la combinación de clima (micro, meso y macro), suelo, topografía e intervención humana. Todos estos factores dan como resultado un estilo de vino único y distintivo que no puede ser replicado con precisión en otro parte, creando “un sentido de lugar” deseado y valioso. En Fuerza Natural, cada botella cuenta una historia de pasión y respeto por la tierra. Permitimos que el terroir hable por sí mismo, como una fuerza ancestral que fluye desde las profundidades del suelo hasta la esencia misma de nuestras uvas.

Chile cuenta con rincones maravillosos, la variabilidad que se encuentra con cada cambio de latitud es increíble. La cercanía al mar y la proximidad a la cordillera generan enclaves únicos que forman microclimas particulares que son parte de la esencia vitivinícola del país. En Fuerza Natural, buscamos sólo viñedos centenarios de viticultura de secano, que son los que a nuestro juicio representan mejor los valores que promovemos y la esencia de cada lugar.

En el ITATA , hemos escogido la zona de Guariligüe, por sus arenas graníticas y la proximidad de océano pacífico que hacen de este enclave un lugar especial. En el Maule, los terrenos graníticos del sur de Chile, son el lienzo sobre el cual se escribe nuestra historia. Aquí, en estas tierras únicas, donde el viento del Pacífico acaricia los viñedos y el sol calienta cada racimo, nace la esencia de nuestros vinos. Es una tierra que ha sido labrada por generaciones de viticultores, que han pasado su sabiduría de padre a hijo, preservando una antigua tradición vitivinícola que es parte de nuestro ADN.

En esta búsqueda de la excelencia, nos encontramos dos almas afines: Fernando Almeda y Elías López Montero. Unidos por su amor por la tierra y el vino, estos dos maestros artesanos han dedicado sus vidas a perfeccionar el arte de la vinificación. Su colaboración es la culminación de años de conocimiento y experiencia, una unión que eleva nuestros vinos a nuevas alturas de calidad y distinción.